lunes, 20 de junio de 2016

La guerra con Chile (1879-1883)

La guerra con Chile (1879-1883)


El incidente que desató la llamada Guerra del Pacífico (mejor llamada Guerra del Guano y del Salitre), fue un diferendo entre Chile y Bolivia por un problema de impuestos. El Perú se vio obligado a ayudar a Bolivia, pues había firmado con esta nación el Tratado de Alianza Defensiva de 1873. El 5 de abril de 1879, Chile declaró la guerra al Perú. Poco antes, Bolivia había declarado la guerra a Chile. Si bien la causa inmediata para que el Perú se viera arrastrado en este conflicto fue el Tratado con Bolivia de 1873, la historiografía peruana es unánime al sostener que la causa profunda de esta guerra fue la ambición de Chile de apoderarse de los territorios salitreros y guaneros del sur del Perú.85 En una primera etapa de la guerra, la campaña naval, la marina peruana repelió el ataque chileno hasta el 8 de octubre de 1879, día en el que se libró el combate naval de Angamos, en donde la armada chilena acorraló al monitor Huáscar, el principal buque de la marina peruana comandado por el Almirante Miguel Grau Seminario, quien murió en la refriega y se convirtió desde entonces en el mayor héroe del Perú.
Luego de vencer a la escuadra peruana, Chile dio inicio a la campaña terrestre de la guerra. Esta se prolongaría por casi cuatro años. Comenzó con el desembarco de Pisagua. Luego se libró la campaña de Tarapacá, marcada por la derrota peruana en San Francisco. Tras una estéril victoria en Tarapacá, los restos del ejército peruano retrocedieron hacia Arica, dejando en poder de Chile toda la provincia de Tarapacá. La siguiente campaña, la de Tacna y Arica, significó otra derrota para los peruanos y sus aliados bolivianos, concretada en la batalla del Alto de la Alianza. Luego se produjo la heroica resistencia peruana en la plaza de Arica, donde el coronelFrancisco Bolognesi, al mando de un reducido ejército, sucumbió ante el ataque abrumador del enemigo, cumpliendo su promesa de “pelear hasta quemar el último cartucho” (7 de junio de 1880).

Fracasadas unas conferencias de paz, Chile abrió la campaña de Lima. El nuevo gobierno peruano, encabezado por el dictador Nicolás de Piérola (que había asumido el poder tras el viaje de Prado hacia el extranjero), organizó la defensa de la capital, construyendo reductos en el sur de Lima. Los defensores peruanos, mayormente milicianos, se batieron tenazmente en San JuanMiraflores, el 13 y el 15 de enero de 1881, respectivamente. Victoriosos los chilenos, ocuparon Lima. En La Magdalena se instaló el gobierno provisorio de Francisco García Calderón, quien por su negativa a pactar una paz con cesión territorial, fue apresado y confinado en Chile. A García Calderón le sucedió el contralmirante Lizardo Montero Flores, que instaló su gobierno en Arequipa.

Pese a los descalabros de los ejércitos peruanos, la guerra continuó gracias a la resistencia que en la sierra peruana comandó el general Andrés Avelino Cáceres, quien obtuvo los triunfos de Pucará, Marcavalle y Concepción (departamento de Junín, en la sierra central), entre el 9 y el 10 de julio de 1882. Sin embargo, el general Miguel Iglesias, impactado por las severas represiones que los chilenos ejercían sobre las poblaciones civiles, dio el Grito de Montán (31 de agosto de 1882), reclamando la firma de una paz definitiva con Chile, para iniciar de una vez la tarea de la Reconstrucción del país. Cáceres se opuso a este planteamiento y trasladó sus fuerzas hacia el norte, pero tras su derrota en la batalla de Huamachuco (10 de julio de 1883), Iglesias, ya en el poder, tuvo el camino libre para firmar con Chile el Tratado de Ancón que puso fin a la guerra (20 de octubre de 1883). Mediante este Tratado, el Perú entregaba a Chile a perpetuidad la provincia de Tarapacá, mientras que las provincias de Tacna y Arica quedaban sujetas a la administración chilena por diez años, al cabo de los cuales se debía realizar un plebiscito para decidir el destino final de ambos territorios.
La guerra con Chile fue la mayor catástrofe bélica que sufrió el Perú en su historia republicana. Significó la pérdida de más de 10,000 vidas humanas así como la total destrucción de las fuerzas productivas del país, sumado al sentimiento de humillación que marcaría durante mucho tiempo al espíritu de la nación.














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